Es muy fácil desanimarnos tanto en el ministerio como en la vida. Necesitamos decidir diariamente vivir en la victoria que Dios ya nos ha prometido. No tenemos que simplemente sobrevivir en nuestras vidas, matrimonios o ministerios. Podemos prosperar porque Él nos ayuda a superar nuestras batallas más grandes. He entendido a través de haber aprendido un nuevo idioma, plantado iglesias y entrenado líderes de que la vida no siempre irá de la manera en que la planeamos, pero podemos, con la ayuda del Señor, no solamente sobrevivir los días más oscuros sino también podemos prosperar en esos momentos. Deseo que este libro le sea de aliento y que usted empiece a prosperar más en la vida y en el ministerio que Dios le ha dado.